¿El Celuloide debe desaparecer?

El celuloide agoniza y de hecho muchas empresas cuya razón de ser era este como Fujifilm y Kodak, dos de los principales proveedores de películas, ya han anunciado que para finales de este año su producción cesará, hoy ven cerradas sus puertas porque la industria del cine ha tomado otro rumbo. No se puede pelear contra la competencia, cuando se sabe que no hay manera de ganar la batalla y mucho menos contra el monstruo implacable de la tecnología. “Es un asunto meramente económico” afirmó el presidente de la National Association of Theatre Owners, John Fithian. Si bien para los amantes del cine tradicional existe una magia implícita en el trabajo duro y un tanto imperfecto que se lograba con el celuloide, inevitablemente la humanidad avanza hacia la tecnología y esta con su paso firme para bien o para mal de algunos se lleva consigo elementos que se han enraizado profundamente en el corazón y la conciencia de muchos. 

La historia nos ha demostrado por décadas que el ser humano es inquieto por naturaleza y que siempre ha ido en busca de mejorar y perfeccionar su entorno y además que en la medida que evoluciona, va creando menos apego a las cosas.

El cine no puede ser considerado básicamente como la calidad de una imagen, por que independientemente de ella, las sensaciones que generan las salas de cine, el sonido, la oscuridad del recinto y el mismo contenido de las películas, no se pueden comparar con el efecto de verlas en un televisor o computador. Era obvio que algo tan tradicional como el celuloide estaba destinado a acabar, la magia del cine es la suma de un gran número de factores que no pueden ser desconocidos por quienes aman este arte.